Wednesday, April 10, 2013

[Letra A] - Apunte

APUNTE 

    La dificultad de escribir apuntes –si éstos han de ser precisos y escrupulosos– radica en que son personales y nosotros queremos precisamente huir de lo personal; tememos fijarlo por miedo a que luego ya no pueda metamorfosearse. En realidad, todo se sigue metamorfoseando de muchas maneras, basta con que, una vez escrito, lo dejemos en paz. Es la relectura la que traza las calles del espíritu. Permanecemos libres si tenemos la fuerza de releernos raras veces. Con todo, el temor al apunte personal puede superarse. Basta con hablar de sí mismo en tercera persona; él es menos importuno y voraz que yo; y en cuanto tenemos el valor de insertarlo entre otras terceras personas, él queda expuesto a cualquier confusión y sólo resulta reconocible al propio escritor. Con ello se corre el riesgo de que esos apuntes caigan más tarde en manos de gente que no pueda diferenciar entre las distintas terceras personas y así, mediante falsas interpretaciones, arrojen una luz perversa e inmerecida sobre el autor. Quien esté interesado en la verdad e inmediatez de lo que va escribiendo, quien ame el pensamiento o la observación en cuanto tales, asumirá este peligro y reservará la primera persona para ciertas ocasiones solemnes en las que el hombre no puede ser sino yo. 
*** Canetti, Elias. La provincia del hombre 1943-1972. (1943). [Ed. GG: pág. 63; Ed. DB: pág. 83 T. 1] 

    Apuntar durante un solo día todo aquello que anhelamos ardientemente, sin explicaciones ni relaciones de ningún tipo, sin que entre los apuntes haya realmente otra cosa que aquello que anhelamos. Otro día apuntar todo aquello que tememos. 
*** Canetti, Elias. La provincia del hombre 1943-1972. (1945). [Ed. GG: pág. 107; Ed. DB: pág. 127 T. 1] 

    La necesidad de frases aisladas: caen formando un ángulo más agudo, dan en el blanco y se asientan a mayor profundidad, mas no sin antes volverse incandescentes e iluminar un paisaje entero, que nunca había sido resumido de este modo y jamás volverá a oscurecerse. No se puede establecer con antelación el momento apropiado para recibir este tipo de frases. Es algo que se produce y llega. 
*** Canetti, Elias. La provincia del hombre 1943-1972. (1969). [Ed. GG: pág. 357; Ed. DB: pág. 377 T. 1] 

    Lo bueno de los apuntes es que no son premeditados. Son demasiado rápidos, apenas han tenido tiempo, la cabeza de la cual surgieron no llegó a preguntarse para qué podían servir. Pensées contra la muerte. La única posibilidad: deben seguir siendo fragmentos. No debes publicarlos tú mismo. No debes prepararlos para la imprenta. No debes unificarlos. 
 *** Canetti, Elias. El suplicio de las moscas, Parte VIII [Ed. GG: pág. 675; Ed. DB: pág. 111 T. 2] 

    Su egoísmo excluye el gusto por los apuntes. Le resultan demasiado diversos y demasiado numerosos, entre ellos pierde el objeto de su tierno amor, su persona misma. 
 *** Canetti, Elias. Apuntes 1973-1984 (1983)[Ed. GG: pág. 950; Ed. DB: pág. 386 T. 2] 

    ¡Qué homenaje al animal y al hombre, estos apuntes! Hasta el último minuto: ¡aférrate a ellos! 
 *** Canetti, Elias. Apuntes 1973-1984 (1992) [Ed. GG: pág. 1024; Ed. DB: pág. 458 T. 2]

No comments:

Post a Comment