Wednesday, October 16, 2013

[Letra P] - Pensamientos





[Letra P] - PENSAMIENTOS

Los que me han precedido se burlan de mí. Les basta con que sus ideas se muerdan firmemente la cola. Creen que así han comprendido realmente algo y, sin embargo, es tan solo su propio pensamiento aislado que ya vuelve a morderse la cola. Cuanto más a menudo lo hace, piensan ellos, tanto mejor, y si llega incluso a alimentarse de su propio cuerpo, caen en una especie de arrobamiento. Yo, en cambio, vivo con el único temor de que mis pensamientos demuestren ser ciertos demasiado pronto; también por eso les doy tiempo para que dejen al descubierto toda su falsedad o al menos cambien de piel.

*** La provincia del hombre. Apuntes 1942-1973 (1943). [Ed. GG: pp. 42-43]





[Letra P] - PENSAMIENTOS

Lo importante en cada pensamiento es aquello que deja inexpresado, en qué medida lo ama y se le acerca sin tocarlo.
Algunas cosas también se dicen para que nunca más puedan ser dichas. A esta especie pertenecen los pensamientos audaces; en la repetición muere su audacia. El rayo no debe caer dos veces en el mismo sitio. Su tensión es su bendición, pero su luz es fugaz. Allí donde surge un fuego, ya no hay rayo.
Los pensamientos que se articulan hasta formar un sistema no conocen la piedad. Excluyen gradualmente lo inexpresado y lo dejan luego tras de sí, hasta que muere de sed.

*** La provincia del hombre. Apuntes 1942-1973 (1943). [Ed. GG: pág. 46]





[Letra P] - PENSAMIENTOS

Cuanto más exactos son los relatos de viajes que leemos sobre los pueblos «primitivos», más intensamente sentimos la necesidad de no preocuparnos de las teorías etnológicas predominantes o controvertidas y comenzar a pensar otra vez desde el principio. Lo más importante, aquello por lo que más nos interesamos en primer término, es siempre dejado fuera en las teorías. Tenemos que hacer nuestra selección nosotros mismos. ¿Cómo podemos confiar en las reflexiones de personas cuyo fuerte no estaba para nada en el pensamiento, cuya imaginación se hallaba paralizada por su exactitud y a las que importaba más la integridad que la claridad; personas que vivían para coleccionar y dejaban el conocer en un segundo plano; personas cuya estrechez de miras podía llevarlas a despreciar o amar de modo exclusivo lo que veían? El viajero de antes era simplemente curioso, salvo que su deseo exclusivo fuera captar almas, o cualquier otro botín. El etnólogo moderno es metódico, sus estudios lo capacitan para observar, mas no para pensar en forma creativa, esta equipado con las más finas redes, cuyo primer prisionero es él mismo. Nunca le agradeceremos bastante el material que nos aporta; merece los monumentos que antaño se erigían a los reyes y presidentes. Pero los relatos de los antiguos viajeros deberían conservarse mejor aún que las más valiosas obras de arte. Pensar, no obstante, es una actividad que debemos realizar nosotros mismos. No debemos aceptar ninguna creencia ni convicción ajenas, y a las conclusiones a las que lleguemos después de atentas y copiosas lecturas debemos dejarles tiempo y aire que las revitalice. Poco es lo que ganamos repitiendo viejas teorías. Al utilizar el rico material que proporcionan los viajeros y que, por cierto, no escasea en nuestros días, debemos acceder a una visión íntegra y serena de los hombres y de la vida que llevan, tan distinta en cada lugar. No es lícito ensamblar rasgos y detalles aislados, su proximidad es fortuita y artificial. Conservemos en nuestro interior aquello que se deje unir para formar un conjunto. Cuanto más sea lo que llegue a tocarse dentro de nosotros, más ricas y exactas serán las ideas que nos hagamos de la humanidad en general.

*** La provincia del hombre. Apuntes 1942-1973 (1943). [Ed. GG: pág. 65]





[Letra P] - PENSAMIENTOS

Al hombre que se ha acostumbrado a su propia manera de pensar sólo hay una cosa que pueda salvarlo de la desesperación: el mensaje que sustrae a los demás, que apunta sólo para sí, olvida, y que sólo con asombro vuelve a encontrar más tarde. Pues todo lo que elabora conscientemente, en torno a lo cual sigue pensando día tras día, aumenta su imbricación en el mundo, que lo oprime. Sólo podrá́ permanecer libre si piensa en vano. Sus contradicciones deberán salvarlo, la multiplicidad de éstas, su insondable absurdidad. Pues el hombre creador acaba siendo victima de su propia precisión; su veneno es la continuidad en la cual se enreda, incluso la lectura se convierte para él en una prolongación propia, como si las páginas que va pasando ya estuvieran prefiguradas en él. Una sola cosa puede ayudarlo: el caos generado por sus propios pensamientos, en la medida en que permanezcan aislados y no tengan continuidad, en la medida en que sean olvidados.

*** La provincia del hombre. Apuntes 1942-1973 (1947). [Ed. GG: pág. 146]





[Letra P] - PENSAMIENTOS

Lo que más me repugna de los filósofos es el proceso de vaciamiento de su pensamiento. Cuanto más a menudo y hábilmente emplean sus términos fundamentales, tanto menos queda del mundo que los rodea. Son como bárbaros en el interior de una casa alta y espaciosa, llena de obras maravillosas. Ellos están ahí en mangas de camisa y lo arrojan todo por las ventanas, de forma metódica e imperturbable: sillones, cuadros, bandejas, animales, niños, hasta que no quede nada, salvo espacios totalmente vacíos. A veces también salen volando las puertas y las ventanas. Queda en pie la casa desnuda. Y ellos se imaginan que con estas devastaciones todo está mejor.

*** La provincia del hombre. Apuntes 1942-1973 (1951). [Ed. GG: pág. 182]





[Letra P] - PENSAMIENTOS

Puede que, hasta hoy mismo, todos los pensamientos hayan sido pensados en torno a uno solo, que aún espera ser pensado. Puede que todo dependa de que este pensamiento sea realmente pensado. Puede que todavía no haya seguridad alguna de que vaya a ser pensado.

*** La provincia del hombre. Apuntes 1942-1973 (1953). [Ed. GG: pág. 201]





[Letra P] - PENSAMIENTOS

Noches y días de miedo. Tengo la extraña sensación de que todo lo que aprendo se transforma en miedo. Después de días en los que los pensamientos han recuperado su vida por completo, vienen noches de miedo. ¿Llegará alguna vez el momento en el que ya no me sea lícito asimilar nada nuevo? ¿Habrá llegado a su fin la expansión del espíritu?
Terrible idea, pues yo quiero avanzar siempre más lejos.

*** La provincia del hombre. Apuntes 1942-1973 (1957). [Ed. GG: pág. 242]





[Letra P] - PENSAMIENTOS

Viajan par todo el mundo, regresan, se van, y yo sigo aquí, siempre el mismo, nada ha sucedido; yo, siempre ocupado con los mismos pensamientos y los mismos hombres.
¿Qué es lo que no anda bien? ¿Son ellos? ¿Soy yo? ¿O acaso son esos mismos pensamientos de los que no logro liberarme hace ya treinta años? ¿Moriré de ellos? ¿Podré evadirme alguna vez de esa prisión?
Pues cada vez soy más prisionero de esos pensamientos, ellos mismos crecen y se entreveran, y en su espesura me parece que contienen el mundo entero: el mundo que yo no conozco.
¡Oh, sacerdote de los signos, ser desasosegado, cautivo en el templo de todas las letras, tu vida llegará pronto a su fin! ¿Qué has visto? ¿De qué has tenido miedo? ¿Qué has conseguido?

*** La provincia del hombre. Apuntes 1942-1973 (1957). [Ed. GG: pág. 243]





[Letra P] - PENSAMIENTOS

Sus pensamientos, como nubes, van cediendo por todas partes; de pronto ya no vemos nada, y sabemos que estamos en uno de sus pensamientos.

*** La provincia del hombre. Apuntes 1942-1973 (1962). [Ed. GG: pág. 287]





[Letra P] - PENSAMIENTOS

Todos los libros que se limitan a mostrar cómo hemos llegado a nuestras opiniones actuales, a las opiniones dominantes sobre los animales, el hombre, la naturaleza y el mundo, me provocan malestar. ¿Adónde hemos llegado realmente? En las obras de los pensadores del pasado buscamos las frases que, paulatinamente, nos han ido llevando hasta nuestra visión del mundo. Lamentamos la mayor parte de sus opiniones, que es errónea. ¿Qué puede haber más estéril que este tipo de lecturas? Pero precisamente las opiniones «erróneas» de los pensadores del pasado son lo que más me interesa de ellos. Podarían contener el germen de las cosas que más necesitamos, y que nos sacarían del horrible callejón sin salida de nuestra actual visión del mundo.

*** La provincia del hombre. Apuntes 1942-1973 (1967). [Ed. GG: pp. 333-334]





[Letra P] - PENSAMIENTOS

La verdadera tentación del hombre que piensa es la de enmudecer. El pensamiento accede a su máxima dignidad mediante el silencio: ya no se propone nada, no explica nada, no se expande. El pensamiento que se silencia renuncia al contacto.
Pudiera ocurrir que este pensamiento llegara incluso a matar. Pero no lo sabe. No ha querido saberlo. No persiste en su empeño por sobrevivir.

*** La provincia del hombre. Apuntes 1942-1973 (1968). [Ed. GG: pág. 344]





[Letra P] - PENSAMIENTOS

Mientras no haya comprendido clara e incondicionalmente qué significa la muerte, no habré vivido.
Todas las otras cosas que he emprendido, ya sea que las llevase a término o que las dejase en estado embrionario, no significan, comparativamente, nada. ¿Querré́ darme de verdad por satisfecho con semejante balbuceo? ¿Acaso no he sentido algo mucho más concreto? ¿Y no tendré́ la firmeza necesaria para hacerlo comprensible?
El siniestro alarido de rabia de quienes actúan como defensores de la muerte me ha confundido. Con demasiada frecuencia pienso que existen, como si esto fuera un gran descubrimiento. Claro que existen, claro que han existido siempre. Precisamente por eso debo prescindir de ellos y abocarme a mi tarea como si no existieran.
El peso de todos los muertos es monstruoso, ¡qué despliegue de fuerzas se necesita para oponerle un contrapeso! Y si al final no se hace, quizá dentro de poco ya no será posible recurrir al pensamiento para contrarrestar el peso, cada hora mayor, de los difuntos.

*** El corazón secreto del reloj. 1973-1985 (1980). [Ed. GG: pág. 495]





[Letra P] - PENSAMIENTOS

Ya es bastante que yo tenga a veces, con mayor frecuencia que antes, pensamientos calculadores; no quiero más, si no resultaría irrelevante que viviese siquiera. Hacer las cosas como cualquier otro: rastrear una pequeña ventaja aquí, una grande más allá, olisquearlas, contarlas, perseguirlas, atraparlas, ¿para que? Quiero vivir al margen y no utilizar nada.

*** El suplicio de las moscas. Parte III. [Ed. GG: pág. 621]





[Letra P] - PENSAMIENTOS

De nuevo Pascal.
El que nunca irrita ni decepciona. Nada en él es prestado. Su contundencia deja siempre una puerta abierta. Aun cuando no se estuviera de acuerdo con ninguna de sus palabras, uno desea verlas y meditarlas una y otra vez. Ningún descubrimiento se interpone en su camino. En él, pensamiento y fe tienen la misma altura.
En sus Pensées lo favorece el hecho de que siempre se interrumpe. Cada cual es libre de ordenar los textos de otro modo. Lo mejor es dejarlos sin ordenar.
El punto de partida es su esencia, y la pureza de Pascal se expresa en cada arranque.
«La multiplicidad que no se funde en una unidad es confusión, la unidad que no depende de la multiplicidad es tiranía.»

*** El suplicio de las moscas. Parte VIII. [Ed. GG: pp. 679-680]

[Se lee en los Pensées de Pascal: «La multitude qui ne se réduit pas à l'unité est confusion. L'unité qui ne dépend pas de la multitude est tyrannie, (...)» (Pascal, Blaise. Pensées. 604-871 Église, pape.)]



[Letra P] - PENSAMIENTOS

Es como si nada de lo que te pasa por la cabeza fuese ya apremiante. Te ocurre, como quien dice, solo a ti.
Antes, tus pensamientos tenían un extremo abierto que, de un modo natural, buscaba otros. Allí residía, podría decirse, la esperanza del pensamiento. Cuanto más decididamente lo interrumpía yo, más esperanza conservaba el pensamiento. Con cada roce se ampliaba misteriosamente. Debería describirse cómo crecen los pensamientos entre las personas.
Hoy, el pensamiento se interrumpe en vano. Ha perdido el placer de ver surgir otros, de aventurarse en otros. Seguramente es esto lo que sienten de continuo los pensadores sistemáticos. Lo que yo experimento como una desgana producida por los años lo utilizan ellos para legitimar su pensamiento.

*** El suplicio de las moscas. Parte IX. [Ed. GG: pág. 694]





[Letra P] - PENSAMIENTOS

Es verdad que quiero conocer todo aquello en lo que han creído los hombres. Pero quiero conocerlo en el estado en que era digno de crédito, no en sus extenuadas ramificaciones.
Lo conceptual me interesa tan poco que, a los cincuenta y cuatro años, no he leído seriamente a Aristóteles ni a Hegel. Y no es sólo que me resulten indiferentes: desconfío de ellos. No puedo aceptar que el mundo les pareciera inteligible antes de que fuera realmente conocido. Cuanto más riguroso y consecuente es su pensamiento, más distorsionada es la visión que ofrecen del mundo. Yo quiero ver y pensar de un modo francamente nuevo. No hay en ello tanta arrogancia como podría pensarse, sino una indestructible pasión por el ser humano y una creciente fe en su inagotabilidad.

*** Hampstead. Años 1957-1959. [Ed. GG: pág. 717]





[Letra P] - PENSAMIENTOS

El quiere huir del terrible tira y afloja, del trajín de las manos, del comercio. Quiere obligar a la gente a que le regale con generosidad, y en contra de su voluntad, lo que él mismo debería coger. Nada odia más que la ganancia. Ésta es para él la máxima expresión de la brevedad de la vida, que va reduciéndose a fragmentos cada vez más cortos, hasta convertirse en horas. No quiere tener que dedicar ni un instante a pensar que se ha ganado algo. Quiere ganarlo todo para los demás, no para la familia ni para los amigos, sino para todos. No, él no quiere ganar nada ni tampoco merecérselo, porque no quiere poseer nada y menos aún servir a nadie. Con sus deseos de ser libre, habría ido a parar entre los ladrones y los tiburones, si fuera malo. Pero no quiere la libertad por sí misma, sino que la quiere para pensar. Sabe lo mucho que puede lograr, muchísimo, cuando le permiten pensar, siempre que sus pensamientos se vean libres de la mortal codicia de las manos. ¶ (p. 52, antes de «Un estudio más detallado...»)

*** Anexo 2. Apuntes descartados. 1942-1948. [Ed. GG: pág. 1110]





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